Anna Ternheim en La Mar de Músicas, 2016. |
El
amor es el tema en mayúsculas de la música pop. La inmensa mayoría de canciones
que se componen hoy en día para sonar en la radio versan sobre este tema:
infidelidades, amores platónicos, desamores, deseo sexual, declaraciones de
compromiso, problemas de pareja, en fin, cualquier canción que lleve las
palabras you y love al menos cinco o seis veces en su letra es candidata a ser
popular. Sin embargo, no siempre es esto garantía de éxito.
Un coyote hablando con Anna Ternheim. |
Anna
Ternheim le da al tema universal, y mucho. Por suerte, como buena cantautora,
trata muchos otros temas en sus letras, como la depresión, la muerte o el
miedo. Sus composiciones son sencillas; y su voz, dulce y suave como la miel. Sin
embargo, no ha logrado alcanzar demasiada popularidad fuera de las fronteras de
su Suecia natal (donde sí ha sido bastante reconocida). Los motivos de este
semifracaso comercial pueden ser muchos, entre ellos la falta de una
personalidad suficientemente definida y llamativa como para causar un impacto
en los medios internacionales, pero yo no soy ningún experto en la materia, y
ahí tenemos otros ejemplos de cantautoras sencillas como Dido y Cat Power, de
tónica similar, que sí han alcanzado ese reconocimiento.
Anna Ternheim en La Mar de Músicas, 2016 |
Sea
como sea, de lo que sí que puedo hablar es del concierto que dio anoche Anna
Ternheim en el parque de artillería. Es difícil para mí ser imparcial, porque
casualmente, la música de esta cantautora me acompañó durante buena parte de
mis años de instituto, y por ello le guardo un cariño especial. En este
sentido, el concierto fue maravilloso, podía recorrer todas y cada una de las
melodías que estaba recitando en mi cabeza, recordar sus letras, deleitarme con
su voz, igual de bonita en directo que en el estudio. Fue un concierto íntimo,
Anna vino sola, sin banda, recitó todas sus canciones acompañada bien de una
guitarra, bien de un teclado, y no fueron pocas las veces que se detuvo antes
de cantar una canción a explicar al público algún detalle curioso sobre la
canción en cuestión. Especialmente lucidas fueron sus interpretaciones a piano
de temas como Don’t leave, de su
último disco For the young (2015); Terrified, de Leaving on a May day (2008); y, muy especialmente, Shoreline, versión de un tema de Broder
Daniel incluida en su disco debut Somebody
outside (2004).
Anna Ternheim en La Mar de Músicas, 2016. |
Shoreline es un tema especialmente
significativo para mí por su letra, una letra que resume a la perfección lo que
puede uno llegar a sentir cuando se siente fuera de lugar, al margen. La
versión original de Broder Daniel es más… iba a decir punk, pero no es punk en
realidad, es más algo que podríamos acertar en llamar rock teenager, categoría en la que entrarían otros grupos como
Green Day, Fallout Boy o Thirty seconds to mars. La versión de Anna aporta
musicalmente a esa letra preciosa el tono que creo que se merece, y la
interpretación en directo que hizo de ella anoche con el teclado fue, para mí,
maravillosa. Os dejo a continuación una traducción improvisada de la letra.
La orilla
me he mantenido en la orilla.
Siempre esperando
algo duradero.
te confundes y te desvaneces.
te mata cuando eres joven,
oh, esta ciudad
te mata cuando eres joven.
esta ciudad se ha llevado mi juventud,
todos los ojos se volvieron huecos
por culpa de la tristeza.
sombras en el callejón.
Mueres joven, mueres cuando eres joven,
mueres cuando eres joven.
junto al edificio de oficinas,
tienen tanto que hacer,
nunca tiempo para ti.
Un coyote y Anna Ternheim. |
En
fin, fue un concierto muy bonito. Sin embargo… Siento que no fue una buena
carta de presentación. Vino sola, sin un solo músico de acompañamiento, sin una
batería que agilizara las melodías, sin un bajo que le diera peso a sus
canciones, nada, sola, una hora y media de canciones en las que, cualquiera que
no conociera el catálogo de la cantante, podría sentir que la música no avanza,
que todo es igual, la voz podía volverse tediosa tras cuarenta y cinco minutos
sin cambiar de tono, ni ritmo, ni nada. En sus discos, por haber, hay hasta
serruchos, marimbas y violines, y creo que esa es una de las claves que hacen
de ella una artista interesante. Entonces, ir a una ciudad en la que no te
conoce prácticamente nadie, sola, a interpretar versiones acústicas de tus
canciones… No sé. Creo que no enseñó todo lo que tenía que ofrecernos anoche.
Una pena, viniendo de tan lejos. En cualquier caso, no dejó de ser una velada
muy agradable, y yo disfruté muchísimo pudiendo encontrarme con uno de mis
ídolos de la adolescencia. Guardaré el buen recuerdo con recelo.
Cartel promocional de La Mar de Músicas 2016. |
Y
nada, eso es todo por ahora. Antes de despedirme, como siempre, os recuerdo que
La Mar continúa hasta finales de semana, y habrá actuaciones importantes como
la de esta noche, con Diego “El cigala” y Omara Portuondo en el Parque torres,
o la del viernes, con Tindersticks, en el mismo escenario. Podéis consultar la
programación aquí. ¡Hasta otra!
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