12/5/16

2015 en música, 3/4

Imagen extraída de Holy motors, Léos Carax, 2012

JULIO

Y al fin llega julio, pleno verano, la playa, el descanso... Y la música. A lo largo de este mes se desarrolla La Mar de Músicas, con algunas actuaciones geniales como la de Douglas Dare en La catedral y la de James Vincent McMorrow en el auditorio del Parque Torres. La temporada de conciertos culmina con la actuación de Björk en Barcelona, una de las experiencias más entrañables de mi vida. En este mes además se lanzan tres discos bastante interesantes, estos son Mala madre de Camila Moreno, Currents de Tame Impala y Rey Loj de Pascuala Ilabaca & Fauna.

Mala madre


Gracias al festival cartagenero La mar de músicas, este año se nos abrieron las puertas en nuestra ciudad a numerosos artistas de Chile, y me atrevería a decir que, de ellos, Camila es la más interesante. Con tres discos a sus espaldas, ha sido capaz de renovar su sonido a cada largo conservando su esencia, sus señas de identidad: sus letras y su forma de componer, basada en la intuición. Ella misma ha dicho en más de una ocasión que no es ninguna virtuosa, que se le dan mal los instrumentos, encuentra un sonido que le gusta y a partir de ahí trata de construir algo ayudándose del oído. Esto, por lógica, debería acabar en catástrofe. Pero no es su caso.
Mala Madre, su tercer disco hasta la fecha, es probablemente su disco más pop, se aleja del folk de Almismotiempo y del rock de Panal, es una obra más accesible, también más pretenciosa, aquí Camila quiere explorar la naturaleza oculta de la mujer, el feminismo de las brujas, la feminidad y la naturaleza como un todo. ¿Lo consigue? Bueno, se acerca.
Sus letras, como vengo diciendo, son uno de sus puntos fuertes, llena sus canciones de imágenes como si de poemas se trataran, “me pudro como un niño: envejeciendo; me clavo como un dios indeseado; me escupo como los que no saben amar; me disuelvo con cada cuadro de algún recuerdo” canta en Libres y estúpidos; “Se ama lo que el fuego mueve, se quema el poder bailando”, en Máquinas sin dios; “Enséñame toda la luz, que el sol se apaga”, en Tu mamá te mató. Apela en sus letras a una liberación de sí misma a través del baile, de la unión con la naturaleza, canta sobre su deseo de romper todos los lazos que la mantienen atada como mujer, sobre su sentimiento de inseguridad y aprisionamiento en el mundo tal y como es ahora.
Musicalmente, es bastante variado, hay hueco para el trip-hop en Piedad, la balada sentimental en Sin mí (uno de los mejores temas del disco), el rock en Libres y estúpidos, el pop sinfónico de Julia... Algunas canciones presentan evoluciones internas que las hacen inclasificables, como la fantástica Bathory. Algo que ella ha destacado en varias entrevistas es el uso de los samples, aprovechados para crear ritmos más bailables y más complejos, pero también usados de un modo más amplio, como en el inicio de Esta noche o nunca, con ese sample de Owen Pallett.
El disco pierde algo de fuerza hacia el final, y palidece si lo comparamos con Panal, su predecesor, un disco de tal intensidad que parecía a punto de estallar (es IMPOSIBLE superar la fuerza de Yo enterré mis muertos en tierra, y más aún si la has visto interpretada en directo), pero a pesar de todo se mantiene como un digno sucesor, que arriesga en su forma y contenido y sale del paso airosamente.

Currents

Nunca he seguido a Tame Impala, así que he entrado prácticamente virgen en este disco. Y no sé, me ha gustado un montón: la voz, las melodías pegajosas a más no poder, la psicodelia, algunos puntazos de las letras (“if I never come back, tell my mother I’m sorry”, canta en Let it happen), los videoclips (el video de Let it happen es brutal, aunque es una pena que no contenga la canción completa, y el de The less I know the better más de lo mismo, una fantasía psicodélica de instituto maravillosa).
No será el disco del año, eso seguro, no es un disco innovador, lo que aquí nos presenta Tame Impala lo hemos oído ya antes en otras bandas de los setenta-ochenta, pero a pesar de ello (o tal vez por eso mismo) es un disco de muy agradable escucha, perfecto para descansar la mente mientras lo dejamos sonar.

Rey Loj

Otra de las formaciones que arrasaron a su paso por La mar de músicas es Pascuala Ilabaca & Fauna, que presentó algunas de las canciones de su último trabajo, Rey Loj. Si tuviera que emplear una palabra para definir este disco es “diversidad”: diversidad de ritmos, diversidad de timbres, diversidad de voces, diversidad de géneros... En Rey Loj, a un minuto estás escuchando una balada a piano, al siguiente una pista de rock, y al próximo un tema folklórico chileno. A veces incluso las tres cosas a la vez.
La voz de Pascuala es una de las más versátiles que he podido escuchar este año, sabe moverse elegantemente en cada uno de los géneros por los que transita este Rey Loj, desde la ternura de baladas como Cueca la mariposa, Preguntas al rey y Nubes para los niños; hasta la potencia de otros temas como Caminito viejo, Santa Caravana y la propia Rey Loj. Es un disco extenso (algo más de una hora de duración) en el que no se da un respiro al oyente, cada segundo está aprovechado al máximo para ofrecer un producto efectivo, entretenido, vivo y, en muchos momentos, conmovedor.

AGOSTO

Ya estamos en agosto, Mac DeMarco saca su nuevo disco, Another one, muy en la línea de ese rock sureño que ha estado haciendo desde que debutara en 2012 con 2, un disco veraniego para unos días muy calurosos. También sale en estos días M3LL155X, el nuevo EP de FKA Twigs, y lo hace acompañado de una pieza audiovisual que ilustra todas las canciones del disco menos la última. Es un trabajo heterogéneo, a pesar de su brevedad, en el que destacan los temas más minimalistas como Figure 8 y Glass & Patron, haciéndose un poco cargante en otros temas como In time. Otros dos lanzamientos de este mes son Abyss, el nuevo largo de Chelsea Wolfe; y Depression Cherry, lo nuevo de Beach House.

Abyss

Abyss se abre con la que probablemente sea la mejor canción que ha firmado Chelsea Wolfe: Carrion Flowers. Desde el minuto cero nos queda claro que este disco va a ser su disco más oscuro, el más denso, el que más influencia reciba del doom metal. ¿El mejor? Va en gustos, supongo.
Desde luego, es un disco lleno de aciertos: Iron moon, con esa alternancia entre pasajes acústicos y estridentes riffs, es un tema estupendo, probablemente el que mejor ejemplifica el carácter de su música; After the fall es una balada de un dramatismo épico, no a la altura de The waves have come, la cumbre de su anterior trabajo, Pain is beauty, pero casi; Survive consigue mantener un clima de tensión agonizante gracias a esa guitarra persistente durante toda la canción.
Sin embargo, conforme el disco va avanzando, todo se empieza a sentir demasiado familiar, casi repetitivo, Dragged out es una canción carente de gracia, Color of blood lo mismo, y si decía que el tema inicial es lo mejor que ha hecho Chelsea Wolfe, el que cierra el disco es, con diferencia, lo peor que ha hecho. Es una pista absolutamente insulsa, que con ese piano siniestro recuerda a lo que ya hizo Marilyn Manson hace como trece años, con mejores resultados, en un disco abiertamente concebido para llenarse los bolsillos (The golden age of grotesque).
En fin, Abyss no es un mal disco, pero sí es un paso atrás en la carrera de Chelsea Wolfe, una reafirmación de esos tópicos aburridos que ya cansan a cualquiera mínimamente familiarizado con la subcultura gótica.

Depression Cherry

Nunca he sido lo suficientemente fan de Beach House como para que este nuevo giro en su carrera supusiera realmente algo en mi vida, yo los descubrí con Bloom y a partir de ahí fui explorando un poco hacia atrás, sin llegar nunca a interesarme lo suficiente como para pasar de Teen dream. Depression Cherry, efectivamente, no es ni Teen dream ni Bloom, es un disco muchísimo más lento. El primer single del disco, Sparks, generó división de opiniones entre los seguidores del grupo, a algunos les pareció un desastre, a otros les fascinó, a mí me pareció un curioso tributo a My bloody valentine, llevado al terreno Beach house, no está mal. Además dio la casualidad de que por esos días eran Loveless y Souvlaki los dos discos que estaba escuchando, con lo cual la conexión mental fue inmediata.
Por lo demás, el disco está bastante decente, la verdad. PPP es probablemente la canción que menos se aleja del sonido de Bloom, y una de las canciones más adictivas de Depression Cherry; Beyond Love presenta un sonido más renovado sin perder esa atmósfera de ensueño, fantasía y tristeza que transmite cualquier canción de Beach House.
En fin, no es un disco de calado tan inmediato como sus predecesores, pero creo que, a su manera, sí es un buen disco, más denso, más lento, pero más bonito.

SEPTIEMBRE

El verano se acaba, aunque parezca que no, ya empieza el nuevo curso poco a poco y gente como Lana del Rey aprovecha para sacar su nuevo disco y arrasar entre las niñas de quince años, no es un mes especialmente fuerte, quizás Honeymoon y Every open eye sean los discosmás sonados de septiembre, dejando eclipsados al nuevo disco de Julia Holter, Have you in my wilderness, y a Brace the wave, el nuevo disco de Lou Barlow.

Every open eye


A ver, qué decir del nuevo disco de Chvrches... Bueno, primero que todo, que es lo único que he escuchado de ellos. Había oído canciones sueltas, me caían simpáticos por la canción aquella que sacaron, The mother we share, pero bueno, hasta que salió este disco no me animé a meterme a escuchar un disco suyo entero.
Y está bien, pero es más de lo mismo: si has escuchado The mother we share y alguna otra canción suelta de Chvrches, has escuchado Every open eye. Es un tecnopop con una voz de chicle al frente, un montón de canciones perfectas para salir a correr y ponerte super-happy. Si tuviera que destacar algunas canciones sobre el resto, serían Keep you on my side, la canción más motivadora del disco; High enough to carry you over, un temazo con todas las letras en el que se agradece mucho el cambio por una voz masculina, pues lo más cargante de Chvrches es la voz de la cantante; y Empty threat, que además cuenta con un videoclip monísimo en el que un grupo de góticos se van a pasar el día en un parque acuático.
En general, el disco mantiene un buen nivel, si tomas cualquier canción por separado te gustará, no hay pistas de relleno, pero todas juntas se hacen muy pesadas, pues su fórmula es tan sencilla que se hace repetitiva, así que es recomendable tomarlo en pequeñas dosis. Y mejor la edición simple que la deluxe: es imposible sobrevivir a más de una hora de Chvrches, con cuarenta minutos va que chuta.

Honeymoon                    

Honeymoon es probablemente uno de los discos que más expectación despertó durante el verano, el nuevo lanzamiento de Lana del Rey. Yo mismo era el primero que le tenía ganas a este disco; aunque los primeros singles no me gustaron mucho en principio, fueron ganando con las escuchas, y cuando salió Terrence loves you, bueno, me encantó, mis ganas de escuchar el disco completo estaban ya por las nubes. Pero cuando finalmente salió me decepcionó bastante.
Creo que puedo decir abiertamente que Honeymoon es el peor disco de Lana del Rey, peor incluso que sus lanzamientos independientes anteriores a Born to die. Es un disco muy, muy pesado, demasiado, tanto que cae en la autoparodia. Hay canciones que empiezan bien como God knows I tried, pero que pueden volverte loco al repetir la misma frase con el mismo tono insulso más de 12 veces. Otros motivos para no escuchar Honeymoon... Don’t let me be misunderstood: Lana ha sacado de la tumba a Nina Simone para volverla a matar. El estribillo de Swan Song: suena forzado, desacompasado, me saca de quicio, como si tratara de decir demasiadas cosas en demasiado poco tiempo. El interludio: no te lo crees ni tú, guapa. Freak y Music to watch boys to: no.
¿Razones para sí escuchar Honeymoon? Bueno, la primera y fundamental es el factor curiosidad, Lana es una figura de suficiente impacto mediático como para despertar la curiosidad de cualquiera, y si escuchaste Ultraviolence el año pasado, que era un buen disco, pues más todavía. Y hay canciones que están bien, la que abre el disco es muy bonita; Terrence loves you, como he dicho ya antes, está espectacular; Salvatore... Bueno, es un curioso experimento; y High by the beach está divertida.
En fin, en general Honeymoon es un disco mediocre, que se percibe más falso y aburrido a cada escucha. Creo que Lana sabe hacerlo mejor, menos obvio.

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