Y
al fin llega julio, pleno verano, la playa, el descanso... Y la música. A lo
largo de este mes se desarrolla La Mar de Músicas,
con algunas actuaciones geniales como la de Douglas Dare en La catedral y la de
James Vincent McMorrow en el auditorio del Parque Torres. La temporada de
conciertos culmina con la actuación de Björk en Barcelona, una de las
experiencias más entrañables de mi vida. En este mes además se lanzan tres
discos bastante interesantes, estos son Mala madre
de Camila Moreno, Currents de Tame Impala y Rey Loj de Pascuala Ilabaca & Fauna.
Mala madre
Mala Madre, su tercer disco hasta la
fecha, es probablemente su disco más pop, se aleja del folk de Almismotiempo
y del rock de Panal, es una obra más accesible,
también más pretenciosa, aquí Camila quiere explorar la naturaleza oculta de la
mujer, el feminismo de las brujas, la feminidad y la naturaleza como un todo.
¿Lo consigue? Bueno, se acerca.
Sus letras, como vengo
diciendo, son uno de sus puntos fuertes, llena sus canciones de imágenes como
si de poemas se trataran, “me pudro como un niño: envejeciendo; me clavo como
un dios indeseado; me escupo como los que no saben amar; me disuelvo con cada
cuadro de algún recuerdo” canta en Libres y estúpidos; “Se ama lo
que el fuego mueve, se quema el poder bailando”, en Máquinas sin dios; “Enséñame
toda la luz, que el sol se apaga”, en Tu mamá te mató. Apela en sus
letras a una liberación de sí misma a través del baile, de la unión con la
naturaleza, canta sobre su deseo de romper todos los lazos que la mantienen
atada como mujer, sobre su sentimiento de inseguridad y aprisionamiento en el
mundo tal y como es ahora.
Musicalmente, es bastante
variado, hay hueco para el trip-hop en Piedad, la balada sentimental
en Sin mí (uno de los mejores
temas del disco), el rock en Libres y estúpidos,
el pop sinfónico de Julia... Algunas canciones
presentan evoluciones internas que las hacen inclasificables, como la
fantástica Bathory. Algo que ella ha
destacado en varias entrevistas es el uso de los samples, aprovechados para
crear ritmos más bailables y más complejos, pero también usados de un modo más
amplio, como en el inicio de Esta noche o nunca, con ese sample de Owen Pallett.
El disco pierde algo de fuerza
hacia el final, y palidece si lo comparamos con Panal,
su predecesor, un disco de tal intensidad que parecía a punto de estallar (es
IMPOSIBLE superar la fuerza de Yo enterré mis muertos en tierra,
y más aún si la has visto interpretada en directo), pero a pesar de todo se
mantiene como un digno sucesor, que arriesga en su forma y contenido y sale del
paso airosamente.
Nunca he seguido a Tame Impala,
así que he entrado prácticamente virgen en este disco. Y no sé, me ha gustado
un montón: la voz, las melodías pegajosas a más no poder, la psicodelia,
algunos puntazos de las letras (“if I never come back, tell my mother I’m
sorry”, canta en Let it happen), los videoclips
(el video de Let it happen
es brutal, aunque es una pena que no contenga la canción completa, y el de The less I know the better
más de lo mismo, una fantasía psicodélica de instituto maravillosa).
No será el disco del año, eso
seguro, no es un disco innovador, lo que aquí nos presenta Tame Impala lo hemos
oído ya antes en otras bandas de los setenta-ochenta, pero a pesar de ello (o
tal vez por eso mismo) es un disco de muy agradable escucha, perfecto para
descansar la mente mientras lo dejamos sonar.
Rey
Loj
Otra de las
formaciones que arrasaron a su paso por La mar de músicas es Pascuala
Ilabaca & Fauna, que presentó algunas de las canciones de su último
trabajo, Rey Loj. Si tuviera que emplear una palabra para definir este
disco es “diversidad”: diversidad de ritmos, diversidad de timbres, diversidad
de voces, diversidad de géneros... En Rey Loj, a un minuto estás
escuchando una balada a piano, al siguiente una pista de rock, y al próximo un
tema folklórico chileno. A veces incluso las tres cosas a la vez.
La voz de
Pascuala es una de las más versátiles que he podido escuchar este año, sabe
moverse elegantemente en cada uno de los géneros por los que transita este Rey
Loj, desde la ternura de baladas como Cueca la mariposa, Preguntas al rey y Nubes para los niños; hasta la
potencia de otros temas como Caminito viejo, Santa Caravana y la propia Rey Loj. Es un disco
extenso (algo más de una hora de duración) en el que no se da un respiro al
oyente, cada segundo está aprovechado al máximo para ofrecer un producto
efectivo, entretenido, vivo y, en muchos momentos, conmovedor.
AGOSTO
Ya estamos en agosto, Mac
DeMarco saca su nuevo disco, Another one, muy en
la línea de ese rock sureño que ha estado haciendo desde que debutara en 2012
con 2, un disco veraniego para unos días muy
calurosos. También sale en estos días M3LL155X,
el nuevo EP de FKA Twigs, y lo hace acompañado de una pieza
audiovisual que ilustra todas las canciones del disco menos la última. Es
un trabajo heterogéneo, a pesar de su brevedad, en el que destacan los temas
más minimalistas como Figure 8 y Glass
& Patron, haciéndose un poco cargante en otros temas como In time. Otros dos lanzamientos de este mes son Abyss, el nuevo largo de Chelsea Wolfe; y Depression Cherry, lo nuevo de Beach House.
Abyss
Abyss se abre con la que
probablemente sea la mejor canción que ha firmado Chelsea Wolfe: Carrion Flowers. Desde el minuto cero nos queda
claro que este disco va a ser su disco más oscuro, el más denso, el que más
influencia reciba del doom metal. ¿El mejor? Va
en gustos, supongo.
Desde luego, es un disco lleno
de aciertos: Iron moon, con esa alternancia
entre pasajes acústicos y estridentes riffs, es un tema estupendo,
probablemente el que mejor ejemplifica el carácter de su música; After the fall es una balada de
un dramatismo épico, no a la altura de The waves have come, la cumbre de su anterior
trabajo, Pain is beauty, pero casi; Survive consigue mantener un
clima de tensión agonizante gracias a esa guitarra persistente durante toda la
canción.
Sin embargo, conforme el disco
va avanzando, todo se empieza a sentir demasiado familiar, casi repetitivo, Dragged out es una canción
carente de gracia, Color of blood lo mismo, y si
decía que el tema inicial es lo mejor que ha hecho Chelsea Wolfe, el que cierra el disco es, con diferencia, lo peor que ha
hecho. Es una pista absolutamente insulsa, que con ese piano siniestro recuerda
a lo que ya hizo Marilyn Manson hace como trece años, con
mejores resultados, en un disco abiertamente concebido para llenarse los
bolsillos (The golden age of grotesque).
En fin, Abyss
no es un mal disco, pero sí es un paso atrás en la carrera de Chelsea Wolfe,
una reafirmación de esos tópicos aburridos que ya cansan a cualquiera
mínimamente familiarizado con la subcultura gótica.
Depression
Cherry
Nunca he sido
lo suficientemente fan de Beach House como para que este nuevo giro en su
carrera supusiera realmente algo en mi vida, yo los descubrí con Bloom y
a partir de ahí fui explorando un poco hacia atrás, sin llegar nunca a
interesarme lo suficiente como para pasar de Teen dream. Depression
Cherry, efectivamente, no es ni Teen dream ni Bloom, es un disco
muchísimo más lento. El primer single del disco, Sparks, generó
división de opiniones entre los seguidores del grupo, a algunos les pareció un
desastre, a otros les fascinó, a mí me pareció un curioso tributo a My bloody
valentine, llevado al terreno Beach house, no está mal. Además dio la
casualidad de que por esos días eran Loveless y Souvlaki los dos
discos que estaba escuchando, con lo cual la conexión mental fue inmediata.
Por lo demás,
el disco está bastante decente, la verdad. PPP es
probablemente la canción que menos se aleja del sonido de Bloom, y una
de las canciones más adictivas de Depression Cherry; Beyond Love presenta un
sonido más renovado sin perder esa atmósfera de ensueño, fantasía y tristeza
que transmite cualquier canción de Beach House.
En fin, no es
un disco de calado tan inmediato como sus predecesores, pero creo que, a su
manera, sí es un buen disco, más denso, más lento, pero más bonito.
SEPTIEMBRE
El verano se
acaba, aunque parezca que no, ya empieza el nuevo curso poco a poco y gente
como Lana del Rey aprovecha para sacar su nuevo disco y arrasar entre las niñas
de quince años, no es un mes especialmente fuerte, quizás Honeymoon y Every
open eye sean los discosmás sonados de septiembre, dejando eclipsados al
nuevo disco de Julia Holter, Have you in my wilderness, y a Brace the
wave, el nuevo disco de Lou Barlow.
Every open eye
A ver, qué
decir del nuevo disco de Chvrches... Bueno, primero que todo, que es lo único
que he escuchado de ellos. Había oído canciones sueltas, me caían simpáticos
por la canción aquella que sacaron, The mother we share, pero bueno,
hasta que salió este disco no me animé a meterme a escuchar un disco suyo
entero.
En general, el
disco mantiene un buen nivel, si tomas cualquier canción por separado te
gustará, no hay pistas de relleno, pero todas juntas se hacen muy pesadas, pues
su fórmula es tan sencilla que se hace repetitiva, así que es recomendable
tomarlo en pequeñas dosis. Y mejor la edición simple que la deluxe: es
imposible sobrevivir a más de una hora de Chvrches, con cuarenta minutos va que
chuta.
Honeymoon
Honeymoon es probablemente uno de los
discos que más expectación despertó durante el verano, el nuevo lanzamiento de
Lana del Rey. Yo mismo era el primero que le tenía ganas a este disco; aunque
los primeros singles no me gustaron mucho en principio, fueron ganando con las
escuchas, y cuando salió Terrence loves you, bueno, me
encantó, mis ganas de escuchar el disco completo estaban ya por las nubes. Pero
cuando finalmente salió me decepcionó bastante.
Creo que puedo decir
abiertamente que Honeymoon es el peor disco de
Lana del Rey, peor incluso que sus lanzamientos independientes anteriores a Born to die. Es un disco muy, muy pesado, demasiado,
tanto que cae en la autoparodia. Hay canciones que empiezan bien como God knows I tried, pero que pueden volverte loco al
repetir la misma frase con el mismo tono insulso más de 12 veces. Otros motivos
para no escuchar Honeymoon... Don’t
let me be misunderstood: Lana ha sacado de la tumba a Nina Simone
para volverla a matar. El estribillo de Swan Song: suena forzado,
desacompasado, me saca de quicio, como si tratara de decir demasiadas cosas en
demasiado poco tiempo. El interludio: no te lo crees ni tú, guapa. Freak y Music to watch boys to: no.
¿Razones para sí escuchar Honeymoon? Bueno, la primera y fundamental es el factor
curiosidad, Lana es una figura de suficiente impacto mediático como para
despertar la curiosidad de cualquiera, y si escuchaste Ultraviolence
el año pasado, que era un buen disco, pues más todavía. Y hay canciones que
están bien, la que abre el disco es muy bonita; Terrence
loves you, como he dicho ya antes, está espectacular; Salvatore... Bueno, es un
curioso experimento; y High by the beach está
divertida.
En fin, en general Honeymoon es un disco mediocre, que se percibe más
falso y aburrido a cada escucha. Creo que Lana sabe hacerlo mejor, menos obvio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario