Portada de HOPELESSNESS, 2016 |
Casi
seis años han pasado ya desde el lanzamiento de Swanlights. Ya no se llama Antony Hegarty ni canta con los Johnsons
música de cámara sobre la tristeza y el desconsuelo. Ha llovido mucho desde
aquello (en Murcia no tanto). Cabe preguntarse pues ante qué nos encontramos.
Qué es HOPELESSNESS. Yo, tras unas
cuantas escuchas, aún albergo algunas dudas.
Antony
Hegarty, la cantante de Hope there’s someone,
se ha cambiado el nombre por ANOHNI, se ha aliado con Oneohtrix point never y
Hudson Mohawke y ha firmado un disco de pop electrónico donde canta sobre la
guerra con drones, sobre la
vigilancia de la ciudadanía por parte del gobierno, sobre el calentamiento
global, la pena de muerte, las políticas de ética dudosa para la extracción de
petróleo… En fin, de todo un poco, pero siempre desde una óptica concreta: la
desesperanza. El mundo que plantea este disco es un mundo condenado por las
malas acciones de los hombres. Solo hay dos opciones: lamentarse o luchar. La
indiferencia no es posible, no se puede apartar la vista de este infierno. Y
ANOHNI elige luchar.
Nos
encontramos ante un disco curioso en su forma y su contenido, pues no deja de
ser extraño que una mujer que se ha codeado con Marina Abramović, que ha
cantado en teatros nacionales junto a grandes orquestas, una aristócrata de la
industria musical, decida abandonar su universo estético a favor de una causa
política/social envuelta en un sonido decididamente alejado de la música de
cámara a la que estaba acostumbrada. Es de agradecer que alguien así se
interese por estas cuestiones y que lance al mundo el mensaje que está
lanzando, es importante que grandes artistas se movilicen y movilicen a la
ciudadanía para cambiar las cosas, al fin y al cabo un filósofo no cambia una
sociedad, pero un futbolista sí, por mucho que nos pese.
Hay
dos grandes pilares ideológicos sobre los que se sustentan estas canciones: el
ecologismo y el feminismo. En HOPELESSNESS
la Tierra es un ente vivo que padece en sus carnes las acciones destructivas de
los hombres, y empleo esta palabra no como sinónimo de humanos sino con el sentido de ‘individuos de sexo masculino’. La
mujer tiene en su sensibilidad y su visión del mundo las únicas armas de salvación
posibles. El hombre se plantea como un ser egoísta, opresor, violento,
posesivo, capaz de matar para lograr lo que se proponga; y la mujer es el
testigo de esta conducta destructiva, a veces se ve inevitablemente arrastrada
hacia ella, como en Drone bomb me,
donde una niña pide a un drone que la
mate a ella también tras haber dado este muerte a su familia, y lo hace desde
el amor. En Watch me el gobierno es
un hombre, un daddy que da protección
a la protagonista de la canción a cambio de una vigilancia extrema. Por otro
lado, la visión ecologista la tenemos claramente representada en temas como 4 degrees, donde se nos canta sobre el
calentamiento global, o en Marrow, donde
se habla de la extracción de petróleo por todo el mundo.
Una
vez comentado el apartado lírico, podemos empezar con lo musical. Musicalmente
hablando, HOPELESSNESS es más bien
flojo. Y es una pena, porque ANOHNI tiene una voz extraordinaria, Oneohtrix point
never es una de las mentes más privilegiadas de la música electrónica actual
(recordemos que Garden of delete fue
elegido mejor disco de 2015 en Espacio coyote). Pero ninguno de estos elementos
está bien aprovechado. La producción del disco es aburrida, nada original, un
insulso acompañamiento electrónico que poco tiene que aportar. No hay espacio
para los silencios, ni para ritmos complejos, ni para texturas originales, ni
en fin, para nada. Es todo una sucesión de arpegios ya conocidos para cualquier
oyente mínimamente experimentado. Esperaba mucho más en este sentido. Y
melódicamente no encontramos prácticamente ninguna canción destacable, la
mayoría caen fácilmente en el olvido. El único momento en el que el oyente
verdaderamente siente la necesidad de unir a OPN y Hudson Mohawke con ANOHNI es
en los temas Obama y Violent men, los únicos que pueden
suscitar curiosidad o asombro de todo el disco.
En
fin, HOPELESSNESS no es un mal disco.
Es un disco bienintencionado, necesario, y estéticamente atractivo, a pesar de
todo. Parte de un material del que no puede salir algo malo, y es de agradecer
que de vez en cuando se junten artistas como estos tres para hacer música. Sin
embargo, es inevitable acabar de escuchar el disco y sentirse con ganas de algo
más… Habrá que seguir pendiente de ANOHNI. Ella puede hacerlo mejor.
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