15/5/16

Watch me, watch me: reseña de HOPELESSNESS, de ANOHNI

Portada de HOPELESSNESS, 2016
Casi seis años han pasado ya desde el lanzamiento de Swanlights. Ya no se llama Antony Hegarty ni canta con los Johnsons música de cámara sobre la tristeza y el desconsuelo. Ha llovido mucho desde aquello (en Murcia no tanto). Cabe preguntarse pues ante qué nos encontramos. Qué es HOPELESSNESS. Yo, tras unas cuantas escuchas, aún albergo algunas dudas.
Antony Hegarty, la cantante de Hope there’s someone, se ha cambiado el nombre por ANOHNI, se ha aliado con Oneohtrix point never y Hudson Mohawke y ha firmado un disco de pop electrónico donde canta sobre la guerra con drones, sobre la vigilancia de la ciudadanía por parte del gobierno, sobre el calentamiento global, la pena de muerte, las políticas de ética dudosa para la extracción de petróleo… En fin, de todo un poco, pero siempre desde una óptica concreta: la desesperanza. El mundo que plantea este disco es un mundo condenado por las malas acciones de los hombres. Solo hay dos opciones: lamentarse o luchar. La indiferencia no es posible, no se puede apartar la vista de este infierno. Y ANOHNI elige luchar.
Nos encontramos ante un disco curioso en su forma y su contenido, pues no deja de ser extraño que una mujer que se ha codeado con Marina Abramović, que ha cantado en teatros nacionales junto a grandes orquestas, una aristócrata de la industria musical, decida abandonar su universo estético a favor de una causa política/social envuelta en un sonido decididamente alejado de la música de cámara a la que estaba acostumbrada. Es de agradecer que alguien así se interese por estas cuestiones y que lance al mundo el mensaje que está lanzando, es importante que grandes artistas se movilicen y movilicen a la ciudadanía para cambiar las cosas, al fin y al cabo un filósofo no cambia una sociedad, pero un futbolista sí, por mucho que nos pese.
Hay dos grandes pilares ideológicos sobre los que se sustentan estas canciones: el ecologismo y el feminismo. En HOPELESSNESS la Tierra es un ente vivo que padece en sus carnes las acciones destructivas de los hombres, y empleo esta palabra no como sinónimo de humanos sino con el sentido de ‘individuos de sexo masculino’. La mujer tiene en su sensibilidad y su visión del mundo las únicas armas de salvación posibles. El hombre se plantea como un ser egoísta, opresor, violento, posesivo, capaz de matar para lograr lo que se proponga; y la mujer es el testigo de esta conducta destructiva, a veces se ve inevitablemente arrastrada hacia ella, como en Drone bomb me, donde una niña pide a un drone que la mate a ella también tras haber dado este muerte a su familia, y lo hace desde el amor. En Watch me el gobierno es un hombre, un daddy que da protección a la protagonista de la canción a cambio de una vigilancia extrema. Por otro lado, la visión ecologista la tenemos claramente representada en temas como 4 degrees, donde se nos canta sobre el calentamiento global, o en Marrow, donde se habla de la extracción de petróleo por todo el mundo.
Una vez comentado el apartado lírico, podemos empezar con lo musical. Musicalmente hablando, HOPELESSNESS es más bien flojo. Y es una pena, porque ANOHNI tiene una voz extraordinaria, Oneohtrix point never es una de las mentes más privilegiadas de la música electrónica actual (recordemos que Garden of delete fue elegido mejor disco de 2015 en Espacio coyote). Pero ninguno de estos elementos está bien aprovechado. La producción del disco es aburrida, nada original, un insulso acompañamiento electrónico que poco tiene que aportar. No hay espacio para los silencios, ni para ritmos complejos, ni para texturas originales, ni en fin, para nada. Es todo una sucesión de arpegios ya conocidos para cualquier oyente mínimamente experimentado. Esperaba mucho más en este sentido. Y melódicamente no encontramos prácticamente ninguna canción destacable, la mayoría caen fácilmente en el olvido. El único momento en el que el oyente verdaderamente siente la necesidad de unir a OPN y Hudson Mohawke con ANOHNI es en los temas Obama y Violent men, los únicos que pueden suscitar curiosidad o asombro de todo el disco.

En fin, HOPELESSNESS no es un mal disco. Es un disco bienintencionado, necesario, y estéticamente atractivo, a pesar de todo. Parte de un material del que no puede salir algo malo, y es de agradecer que de vez en cuando se junten artistas como estos tres para hacer música. Sin embargo, es inevitable acabar de escuchar el disco y sentirse con ganas de algo más… Habrá que seguir pendiente de ANOHNI. Ella puede hacerlo mejor.

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